En determinadas estaciones del año y en especial con la llegada del otoño, no solo llega la caída de las hojas sino también la temida caída del pelo. Un tema que preocupa no solo a los hombres sino también a muchas mujeres.
Y es que los expertos confirman que no solo es una creencia popular sino que es cierto que en otoño es cuando se produce una mayor caída del cabello, conocida como “caída estacional”.
Cada día puedes llegar a perder una media de entre 100 y 150 cabellos y en esta época del año es habitual que esa cantidad se vea incrementada. ¡Tranquila, es normal!
¿Existen diferentes tipos de caída del pelo?
Sí, principalmente dos. Además de la caída estacional existe otro tipo de caída del pelo llamada alopecia androgenética y esta es la que puede desencadenar en una futura alopecia ya que responde a factores hereditarios o genéticos que predisponen a la calvicie.
Este tipo de caída del cabello afecta a más del 50% de los hombres a partir de los 40 años y en las mujeres, suele aparecer a partir de la menopausia, con la diferencia de que esta calvicie no será tan intensa como en el caso de los hombres.
El cabello es una parte muy importante del aspecto de una persona y por ello su pérdida preocupa tanto ya que afecta directamente a la autoestima. Puedes seguir estos consejos para mantenerlo sano y fuerte, pero por si te ocurre te contamos todo lo que necesitas saber sobre la caída del pelo. Así sabrás cuándo debes comenzar a preocuparte y cuándo no.
Cuando la caída del pelo es puntual
Existen situaciones puntuales que pueden provocar que tu pelo comience a perder densidad y fuerza. ¡No tienes que alarmarte! Comprueba en la siguiente lista si estás atravesando por alguna de ellas.
- Caída estacional.
- A causa del estrés.
- El consumo de algunos medicamentos.
- Problemas de tiroides.
- Periodo post parto.
- Déficit nutricional.
La caída del pelo se produce por un debilitamiento del bulbo capilar que va quitando fuerza a cada hebra de pelo, volviéndolo más fino y menos resistente, hasta que termina por caerse.
El primer paso para evitarlo es potenciar o incorporar en tu dieta ciertos alimentos que ayudan a cuidarlo ya que el cabello absorbe muchos nutrientes que son necesarios para que luzca bello, sano y fuerte. En tu dieta balanceada no pueden faltar los siguientes alimentos: pescado, huevos, zanahorias, aguacates, frutos secos y legumbres.
Por fortuna también existen ciertos complementos alimenticios que no solo controlan la caída del cabello sino que además, consiguen fortalecerlo y promover su crecimiento como por ejemplo el Colágeno hialurónico o el Saw palmeto.
Falsos mitos sobre la caída del pelo
Según con quién hables sobre el tema de la caída del pelo, te dirá que dejes de hacer una cosa o hagas otra para recuperar el esplendor de tu melena. Lo mejor es hacer caso a los consejos de los expertos en cuidado capilar y estos echan por tierra de forma unánime los siguientes mitos:
Fuera secadores, planchas y lacas
Usar con moderación el secador de pelo, la plancha, geles, laca o gomina no va a influir en la caída del cabello pero sí es verdad que pueden alterar la calidad del mismo. Pueden resecarlo, volverlo más frágil y menos sedoso.
Córtate el pelo cada mes
Es evidente que cortarte el cabello no va a frenar la caída del pelo ni aunque te lo cortes todos los meses un poco. Lo único que hará es que tengas las puntas más saneadas y una apariencia más cuidada.
Deja de lavarte el pelo cada día
Que te laves el pelo cada día no afecta en nada a la caída del cabello. Eso sí, evita hacerlo con productos que contengan muchos parabenos, sulfatos o formaldehído.
Cuanto más natural sean los productos que uses, más estarás cuidando de tu cabello y evitando posibles daños.
Los tintes son muy malos
¡Hay de todo! Algunos productos contienen componentes como el amoniaco que puede llegar a dañar tu pelo. Y una vez más esto no influye en la caída del pelo sino en el posible daño que puede hacer a la calidad de tu cabello.
¡Siempre puedes pasarte a los tintes vegetales! Son más naturales.
La caída del pelo no siempre debe ser motivo de preocupación, es parte de un proceso natural de regeneración. Aun así, si se prolonga en el tiempo, tienes dudas o crees que puede existir algún otro motivo, lo mejor es que acudas a un especialista para que pueda recomendarte la mejor solución para ti.
