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Cómo aprender a relajarse para vivir mejor y sin ansiedad. Técnicas de relajación

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Si estás pasando por una época con mucho estrés, si no paras de pensar en mil cosas y no consigues parar un momento porque las obligaciones se te acumulan, ha llegado el momento de que descubras que es posible aprender a relajarse. Es más, hay varias técnicas y puedes averiguar cuál de todas ellas es la mejor para ti.

La mente es una herramienta maravillosa pero también es muy independiente. Si no eres tú quien le indica qué camino seguir, ten por seguro que ella se pondrá a dar saltos de un lado para otro sin ninguna meta.

¿Sabías que una persona genera una media de 60.000 pensamientos cada día? La gran mayoría de estos pensamientos se realizan de forma inconsciente y sin ningún control, lo que significa que tu mente ha tomado las riendas de tu vida y te arrastra de un tema a otro. Y esto es lo que termina por provocarte estrés y agotamiento mental.

Aunque la mayoría de las veces crees que eres tú el autor de tus pensamientos o que piensas de forma autónoma e independiente, la verdad es que esos pensamientos los has creado bajo la influencia de otras personas, de conversaciones que has escuchado o de información que te ha llegado y la has hecho tuya sin darte cuenta.

Para aprender a relajarse es necesario que te hagas unas preguntas básicas para saber hasta qué punto te influye el exterior.  Sé sincera y responde a estas cuatro preguntas con respecto a tu forma de pensar:

  • ¿Qué sueles pensar?
  • ¿Cuándo piensas más?
  • ¿Cómo es tu forma de pensar?
  • ¿Para qué piensas?

Aprender a relajarse de forma efectiva 

Ahora que conoces un poco más cómo funciona tu mente, te proponemos diferentes técnicas y ejercicios para que aprender a relajarse te resulte fácil y que te ayuden no solo a liberarte del estrés, sino que también consigan que no sigas corriendo detrás de tu mente como un caballo desbocado.

Concéntrate en tu respiración

Es uno de los ejercicios más fáciles de realizar y es muy efectivo. Es la base de todas las técnicas de relajación y meditación. Aunque no seas un gran yogui, tú también podrás comprobar sus resultados en muy poco tiempo.

Solo tienes que cerrar los ojos, inspirar y exhalar lentamente por la nariz. Céntrate en el sonido del aire entrando y saliendo. Si en algún momento tu mente se va hacia cualquier otro pensamiento, repite mentalmente: “Solo me concentro en la respiración”. Si quieres profundizar en este aspecto, en este artículo encontrarás más ejercicios sobre la técnica de mindfulness.

Recurre a concentrarte en tu respiración cada vez que lo necesites. Puedes hacerlo mientras esperas el autobús o dando un paseo. Cuánto más lo practiques, más relajada y centrada te sentirás.

Escucha música relajante

Dicen que la música amansa a las fieras, así que prueba a amansar el estrés y el nerviosismo escuchando música suave, con sonidos de la naturaleza o música clásica.

Para lo que uno puede ser relajante, para otra persona puede tener el efecto contrario. Busca el tipo de música o el sonido que a ti te transmita calma y bienestar. Poniéndolo como música de fondo, te ayudará a relajarte aunque no le prestes mucha atención.

Apúntate al ejercicio físico

Está demostrado que hacer ejercicio físico y practicar algún deporte libera en tu organismo dopaminas y endorfinas, que son las  hormonas que te llenan de bienestar y felicidad.

Es la forma más natural y saludable de liberar el estrés y relajar tu mente. Aunque parezca que al principio te da un subidón de energía, el efecto relajante aparece pasadas unas horas.

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Ejercita tus hobbies

Dejar de lado las aficiones es uno de los errores más frecuentes que se suelen cometer cuando se está estresado. Cuando estás haciendo aquello que te gusta y te apasiona, tu mente se relaja, no piensa en nada y el ritmo cardiaco se normaliza.

Además procura que tu hobbie o afición no tenga nada que ver con el ordenador o la tecnología. Aunque creas que esa actividad te relaja, a la larga termina por estresarte ya que hay demasiada información que procesar.

Date un baño de naturaleza

Estar en contacto con la naturaleza es una verdadera terapia que aporta relajación y bienestar general. Así lo demuestran innumerables estudios científicos.

Pasear por un bosque, caminar por la playa, sentarte en el banco de un parque o dar paseos por el campo ayudan a reducir el estrés, baja las pulsaciones, estabiliza las emociones y te desconecta mentalmente de las preocupaciones.

Aprender a relajarse con plantas medicinales 

La naturaleza también te ofrece su ayuda en la tarea de relajarte, puedes optar por las siguientes soluciones:

Infusión de valeriana

Siempre puedes recurrir al poder de las plantas medicinales, hierbas o complementos alimenticios. Prueba a tomar una o dos tazas al día de una infusión de valeriana, a media tarde y antes de ir a dormir es el mejor momento del día para beberla.

Teanina

Si lo que buscas es reducir tu estrés de forma más rápida, existen complementos alimenticios a base de teanina, una sustancia natural presente en el té verde con propiedades relajantes, tranquilizantes y que reducen el estrés físico y mental. A los 30 o 40 minutos, ya comienzas a notar sus efectos.

Aceite esencial de lavanda

El aceite esencial de lavanda es otra alternativa natural para reducir el estrés y calmar la mente. Compra aceites esenciales puros y de muy buena calidad. No los uses directamente sobre la piel, antes tienes que diluirlos con un aceite base como por ejemplo de almendras o jojoba.

Simplemente coloca unas gotas de aceite esencial de lavanda en un trozo de algodón o en un pañuelo de papel y colócalo en tu almohada. Te ayudará a relajarte y a tener un sueño reparador. También puedes inhalar la esencia de lavanda tantas veces como lo necesites durante el día. ¡Llévalo siempre contigo en el bolso!

Aprender a relajarse es algo que requiere tiempo y paciencia, así que no te desesperes si no te sale bien a la primera. Como todo es cuestión de práctica y a medida que vayas incluyendo algunos de estos hábitos en tu vida, comprobarás cómo acabas dominando el arte de estar serena sin que te afecte lo que ocurre a tu alrededor.

En definitiva, aprender a relajarse es elegir entre estas dos opciones que se presentan cada día: “Hoy elijo practicar el estrés o practicar la relajación”. ¿Cuál vas a elegir tú?

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