gingivitis, estres

Estrés, no dejes que dañe tus dientes y encías

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Como hablábamos la semana pasada, el estrés puede influir en muchos aspectos de tu vida: estado de ánimo, concentración, vista, tensión, etc. Todo esto influye por la estrecha relación que existe entre el estrés y nuestro organismo. Nos vemos alterados, nos sentimos cansados; en definitiva, todos los factores se ven afectados por nuestro nivel de estrés. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como «el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción», aunque también dependerá del estado físico y psíquico de cada individuo.

Realmente, se trata de una consecuencia en el caso de dientes y encías como afecta el estrés. Se debe, mayormente, al contacto de nuestros dientes superiores con los inferiores. El mero hecho de juntarlos con asiduidad y fuerza influye en el esmalte y en su desgaste, claro está. Por tanto, como resultado de muchas situaciones de estrés, acabamos influyendo sobre la musculatura y huesos adheridos.

El desgaste prematuro puede dar lugar a la aparición de diversos síntomas y lesiones como caries, sangrado de encías o aftas.

Dolor como consecuencia por estrés

Cuando se pone de manifiesto algún tipo de dolor dental, ya es bastante probable que el estrés comience a tener sus efectos y ocasione algún daño.

El bruxismo puede obedecer a diferentes motivos, como lo son una alteración en el patrón de la mordida, dientes desviados o torcidos, trastornos del sueño y, por supuesto, los niveles de estrés de la persona.

Cuando nos encontramos bajo los efectos de una extrema tensión nerviosa podemos perder el control. La tensión que produce en nosotros una determinada situación puede provocar que, inconscientemente, elevemos la presión que ejercemos entre los dientes superiores y los inferiores.

Esa misma tensión provoca que todos los músculos de la mandíbula, e inclusive los de la frente, se contraigan a su máxima capacidad.

Dientes y encías fuertes

Una situación de nervios puede fácilmente ocasionar problemas en el movimiento de la articulación mandibular, ya que los músculos que la accionan se ven sometidos a una gran tensión que genera intenso dolor o chasquido.

Según lo indican diversos estudios publicados, existe una relación entre las enfermedades periodontales y el estrés. Ya sea que este último favorezca su aparición, o sencillamente agrave una condición existente.

Los altos niveles de estrés pueden ocasionar una reducción importante de las defensas del organismo, haciéndolo vulnerable a la acción de las bacterias que todos tenemos, aumentando las probabilidades de desarrollar gingivitis.

Las manifestaciones de lesiones bucales como aftas y herpes en los labios se relacionan en forma directa con los episodios de ansiedad y estrés.

Resulta bastante obvio que lo mejor que podemos hacer para evitar las distintas dolencias que nos genera el estrés, es precisamente disminuir sus niveles. Ya sea distanciándonos de las situaciones u ocasiones que lo refuerzan, a través de la práctica de alguna actividad física o realizando algún tipo de ejercicios para la relajación, por ejemplo. Si no es tu estilo, también puedes buscar ayuda en la coenzima Q-10 en forma de suplemento ya que a altos consumos de energía, sirve como aliado para prevenir complicaciones.

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